“Irse de la vida de alguien con el amor intacto, es peor que irse odiándolo”.
Pasa el tiempo y comienzo a darme cuenta de la manera más dolorosa de que no fui tan importante para ti. Nuestro amor no fue tan grande como creía. O bueno, el mío sí lo fue. El tuyo fue chiquito, el tuyo fue fugaz. Tal vez simplemente te dejaste llevar un rato y nada más.
Nunca te proyectaste nada conmigo. Nunca sentiste orgullo de
presumirme como tu novio. Por eso podías decirle tranquilamente a tu familia
que yo era un amigo, sin sonrojarte si quiera, sin pensar que yo estaba ahí en
frente y me estabas destrozando el corazón. Aunque no lo pudiera (o quisiera) demostrar.
Seguramente tu familia y tus amigos tienen razón. No soy tan
exitoso, no tengo el sueldo que tienen tus amigos, no soy nada religioso, no
soy nada saludable, no soy nada de lo que te recomiendan en un hombre. Claramente
no soy el hombre del que te enamorarías. Es evidente que lo que soy no te hará
falta. Pero duele tanto haberme dado cuenta de esta manera.
Estoy sintiendo que siempre estuve solo y era el
único que sentía amor. El único que estaba loco de amor por su pareja. Nunca seré para ti ni la mitad de lo que tú significaste para mí, estoy seguro. Qué difícil será creer en el
amor después de tan grande desilusión. Nunca imaginé que tan desprendida
estarías de mí, de mi amor, de mi compañía. Nunca me di cuenta de que era tan poco para ti.
Me seco las lágrimas, me acuesto a dormir y vuelvo a comenzar. Pero este dolor tan grande que me hiciste sentir, jamás se me olvidará.
Qué mierda sentirme así, tan solo y derrotado.
Tan débil y sensible. Tan vulnerable y triste.
Todo el mundo me dice que está para mí.
Todos me dicen que les avise para que nos veamos.
Cuando lo hago nadie puede. Todos están ocupados para mí.
Me quedé completamente solo, hundido en un pozo del que no
puedo salir.
Las drogas no me hacen nada. La cerveza solo me quita la
sed.
El fútbol parece tan aburrido últimamente.
La música alegre me genera tanta incomodidad.
Odio mi casa, odio mi cama, odio mi habitación.
Solo quiero caminar, sin llegar a ningún lugar.
Odio este puto momento de mi vida, ¿Cuándo se va a terminar?
No quiero sentir esto más. Quiero llegar ya al final.
Siento tristeza, siento vergüenza, siento frustración.
Necesito un nuevo contexto de vida. Necesito gente que me
quiera de verdad.
Ya no puedo confiar en nadie. Algo me dice que todo lo bueno
se va a acabar.
No disfruto a mis abuelos, no disfruto a mis hermanos. Se me
acabó el amor.
Se me están terminado las ganas de seguir aquí. Se me acabó
la pasión.
Si todo fue tan lindo entre los dos. Si nunca vivimos momentos malos que nos hicieran daño, ¿por qué te tenías que ir de mi lado?
Si te aguantaste mi
momento más difícil. ¿Por qué no te quedaste a disfrutar cuando todo iba a mejorar? Este momento lo quería vivir contigo. No solo, entre lagrimas e inestable como me tocó.
Si hasta me prometiste
que lo íbamos a celebrar... ¿cómo es que se te olvidó?
Si siempre te apoyé. Si te levanté siempre que estabas mal. Si te reafirmé tantas veces tu autoestima cuando dudabas de ti. Si te recordé tantas veces lo maravillosa que eres, porque tus ojos no podían verte como te ven los míos.
No me merezco este final.
¿Cómo es que vives más tranquila sin mí? Si mientras yo estaba todo lo hacía por tu tranquilidad, por tu felicidad. Nunca fui un obstáculo para ti.
Claro que me duele tu
ausencia por si misma. Claro que me duele que un día hayas decidido que no me
querías más a tu lado. Que no necesites besarme, que no me digas que me amas.
Pero realmente lo que
más me tiene abatido y derrotado es tu indiferencia, tu comodidad con este momento, tu
desapego a mí, a mi compañía, a nuestro tranquilo y noble amor.
Siempre sentí tu amor,
incluso antes de compartir mi vida contigo. Pero ahora, me siento un extraño en
tu vida. ¿En qué momento te cansaste de mí? ¿Por qué te dejé de gustar?
Te fuiste y me dejaste la vida completamente desbaratada.
Me dejaste lleno de inseguridades que no tenía. Hablando con psicólogos. Recibiendo consejos paranormales. Dudando hasta de mi ateísmo. Dudando de mi fortaleza. Dudando de ti, de mi, de todo. Te fuiste y quedé herido, decepcionado, desmotivado, desapasionado, desencantando con la vida.
¿Cómo es que me dices que vivimos ya demasiadas cosas? Como queriendo decir que ya es suficiente. Si en mis planes habían conciertos, viajes, regalos, tatuajes, restaurantes, películas y tantos momentos que nos faltaban por vivir.
¿Cómo es que la mejor persona que conozco me dejó tan a la deriva?
¿Qué te pasó, mi amor? ¿A dónde te fuiste? Esta mujer con el corazón de piedra no eres tú. ¿Dónde está mi niña dulce?
¿Dónde están nuestros
sábados? ¿Dónde están nuestras noches de hotel? ¿Dónde está mi “buenos días, hermoso”? ¿Dónde está mi alarma a las 9:30 de cada
noche? ¿Dónde estás tú? Avisame a qué planeta te fuiste y allá te voy a buscar.
Cómo es que te fuiste tan rápido.
En verdad, tú eras quién ponía el cielo azul. Tú eras el interruptor de luz en la pared. Te apagaste y regresé a la oscuridad.
En verdad, no sé ni dónde estoy parado. En verdad oscuro
está. Ya no veo nada. Estiro mis brazos hacia el frente, grito tu nombre en
altavoz.
Sé que hay cosas que aclarar. No se tienen que aclarar.
No me importa, sigue igual…
Solo asienta, por favor, la cabeza, si los planes han cambiado… Si los planes han cambiado… Solo niega, sin razón, con la cabeza, si hoy se han quedado... Si hoy se han quedado… Pero por favor, no me dejes dudando.
Dices tú, que no te gusta que te ruegue. Luego me pediste que
me arrodille a tus pies. Ya sabías que lo haría, pues no existe excusa que me
detenga para hacerte sentir bien.
Me dejaste escapar, irresponsabilidad. Siempre regresaba en
el final…
Sonríe, por favor. Sonríe niña y yo me quedaré… Te juro yo me quedaré… Si quieres, tú llorar, si tú lloras yo me iré al amanecer. ¡Yo me iré al amanecer!
Pero por favor, no me dejes dudando.
Porque todavía podemos decir "una vez más". Para ti con desprecio. 2005
Estoy terminando una semana muy complicada. Mis amigos están tristes, el planeta solo habla de guerra y no me importan las elecciones. Yo solo pienso en que no regresarás.
Las noticias y el internet me juzgan por no estar preocupado por Rusia y Ucrania. Pero a mi mente solo le interesa saber qué debo hacer para desacostumbrarme y superarla. Tal vez buscar su amistad es mi única esperanza.
La pandemia me alejó de todos y me aferró a ella. Hoy que la perdí siento que me quede sin nada. Y aunque intento no pensarla, mis libros, agendas y el teléfono me muestran todo el tiempo su cara.
Me la he pasado entre rap, Bad Bunny y Shakira. En este instante el género me importa un carajo. Solo necesito una canción que entienda el vacío que yo siento. De algún modo ese sentimiento me acompaña.
Odio WhastApp desde que tu conversación no está. Odio verte en línea sin intención de decirme: "hola, cómo estás". Odio que suene el celular y que mi cerebro piense automáticamente que me vas a llamar y que nunca seas tú. Odio sentir tantas ganas de escucharte.
Intento hablar con gente que me entienda, pero me cuesta muchísimo. Y aunque tengo a mi familia y estoy agradecido por ello, hoy soy un impostor en mi propia casa. No les puedo demostrar la tristeza que siento. No les puedo contar lo mal que me siento.
Es inevitable, aunque no quiera, conservar la esperanza de que todo volverá a ser como era semanas o meses atrás. Sueño con que quieras volver, con que vengas a compartir tus problemas conmigo, pero te conozco y sé que no pasará.
Mis días están muy grises y lluviosos, no encuentro el sol. Todos los días busco la determinación que me pides. Todos los días me siento mal por quererte buscar. De verdad, no te quiero molestar.
Y aquí estoy de nuevo, intentando hacerme fuerte. Naturalizando esta tristeza. Intentando desahogarme escribiendo... Pido perdón por tanta melancolía.
Cómo puede ser que la mala racha me persiga y me destruya cada cosa que había logrado, cuidado y valorado.
