La democracia es una
mentira, la democracia no funciona, la democracia no interesa, el pueblo no
es la voz de dios. Pero si en algún momento de la historia la democracia
funcionó, por un solo instante la democracia nos hizo sentir orgullosos, se
acabó con ella, se destruyó, se hirió de muerte, a ella y a sus pobres e ingenuos
ciudadanos que sintieron que pertenecían a un estado social de derecho que les
respetaba su decisión de elegir un alcalde para su ciudad.
Este país en el que me tocó
nacer es un país sin futuro, con mucho pasado, un vergonzoso pasado, pero lo
peor de todo es que nada cambia, se ve un futuro igual de desalentador. Los
políticos compran votos, se roban el dinero público, persiguen al que no se
comporta como ellos. Las personas son sumisas, calladas, tranquilas, soportan
con tranquilidad el mierdero en el que viven, se resigan con facilidad a que
así son las cosas y no hay nada que cambiar, son cómplices. Los medios de
comunicación sólo quieren dinero, su poder de información lo utilizan
exclusivamente para dominar masas. Presumen ser generadores de opinión, pero
más bien son impositores de opinión. No nos dan la oportunidad de ver las dos
caras verdaderas de la moneda y decidir cual está en lo correcto, nos muestran únicamente
el lado que le conviene a los dueños de este país, la que ataca al diferente,
la que mantiene a la gente en la sumisión y el entretenimiento alienatorio.
No quiero pertenecer a este
sistema, no quiero participar en esta farsa de democracia, no quiero dar mi
vida por cambiar algo en este país, no quiero escuchar noticias, no quiero
saber lo que le pasa a los demás, no quiero entregar nada de mi por este
territorio lleno de mierda, de mentiras y de corrupción. Mi patria son mi
familia y mis amigos, lo demás es basura, basura que me tocó comerme por nacer
en esta tierra corrompida que no da esperanza de cambio.
No quiero consumir más
mierda, no quiero ver los noticieros, no quiero leer los diarios, no quiero
saber cómo nos roban esta vez. No tiene sentido enterarme, igual lo seguirán haciendo.
Ya muchos se opusieron a este sistema de mierda y no sirvió para nada,
entregaron su vida por muy poco y este país sigue siendo un sinfuturo constante.
No quiero ya cambiar nada,
no creo en Estado ni autoridades, no creo en la mentira mediática, no creo en
falsos dioses que me quieren controlar y no me dejan ser libre, no existen ya
para mi prohibiciones. Yo soy mi estado y muy autoridad, yo decido que es legal
y que no es legal. No me interesa mi entorno, mi contexto, mi momento histórico,
esto no me sirve para nada.
Desde hoy no me considero un
ciudadano colombiano, ni bogotano, ni un ciudadano de ningún lugar. Soy
solamente Camilo. Este país maldito no merece tanto razonamiento, tanta motivación
y tanto esfuerzo por mejorar las cosas. Todo lo arreglan los de siempre con
dinero, con balas o con leyes de destitución.
Ya basta de falsa
democracia, basta de hacernos creer que somos responsables de lo que pasa, nos
manejan, nos controlan, nos dominan muy bien. Porque la mayoría de gente
prefiere quedarse viendo televisión a salir a protestar a la calle. Desde hoy
los entiendo, este territorio maldito no merece el mínimo esfuerzo de uno. Lo
lograron fascistas de mierda, síganse cagando el país que me chupa un huevo
todo. Eso sí, si me los encuentro en la calle, escupirlos va ser el acto más
placentero de toda mi vida.
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